Mi primera semana en “Santa” no ha
estado mal si tengo en cuenta que he pasado 4 días encerrada en una
finca de unos 4km2. Muy bella y apacible, pero con una
berja que al fin y alcabo, me aisla del mundo exterior.
Aún así tengo compañeros me regalan
horas de libertad y me llevan al pueblo para almorzar o tomar unas
“chelas” por la noche, lo cual agradezco enormemente.
Pero como la anti-cadenas que soy, eso
no me es suficiente, y no fue hasta el sábado, cuando subí a una
pequeña avioneta de 20 pasajeros como mucho, que me sentí de nuevo
libre de ataduras.
Desde allá arriba sobrevolando
Guatemala (y con la sensación de que la avioneta se caería en
cualquier momento) en mi cabeza solo había espacio para la inmensa
selva que había bajo nuestros pies. No había sitio para pensar en
el trabajo del lunes, las despedidas de hacía una semana, la
añoranza... Esa media sonrisa en la cara se convirtió en una media
Luna creciente que no se borraba de mi cara, quizás por el hecho de
que era la primera aventura a la que me lanzaba en este pequeño
país.
Así que vuela,
vuela libre siempre.
Que te no paren los huracanes ni las
tormentas.
Que se jodan las cuentas pendientes,
los intentos fallidos,
los viernes de estar sola en casa
y los lunes de resaca.
A la mierda la oscuridad,
las cuerdas que en lugar de ayudar
te atan
y las personas que ahogan.
Solo una ruta de vuelo y yo,
solo yo.
(Dedicado a mi muy querida Arancha)
Menuda experiencia. Conviertete en esponja. Absorbelo todo. Aprende, crece y sé más tú. Orgullo geologo familiar. (No olvides mis postales jejeje)
ResponderEliminarSiii, y esto es solo el principio, aún queda mucho más por venir (y muchas más postales)
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