Una vez superado el jetlag y
reorganizados mis horarios de comidas, Guatemala tiene mucho que
contarme.
Quizás la mayoría de palabras que he
escuchado hasta ahora, han sido saludos amistosos y muchos deseos de
“éxitos” en mi estancia aquí. Pero hoy voy a compartir las
palabras que me han llamado la atención de manera particular.
Comenzaré con las palabras de quien me
dio una charla sobre seguridad en Guatemala el día antes de irme a
la que va a ser mi casa durante este tiempo (Santa Lucía
Cotzumalguapa, también conocida como Santa). Sus palabras “yo no
la voy a engañar doñita, en Guatemala ha aumentado la violencia y
todos sabemos cual es la causa real...”. Una mujer sin pelos en la
lengua que me contó con todo detalle como su país ha llegado a
la situación en la que se encuentra actualmente y que solo destacaré
que, como en cualquier país en vías de desarrollo, sus problemas
vienen de fuera.
El mismo día, me presentaron a un
anciano geólogo. Tenía la mesa de su despacho como espero tenerla
yo algún día: llena de piedras. Después de explicarme la mitad de
la geología guatemalteca en 10 minutos, tuvo a bien contarme algunas
batallitas, como una vez que le preguntaron en un aeropuerto si
llevaba bombas y respondió que sí porque traía consigo unas bombas
piroclásticas del volcán que había estudiado, y ya os podéis hacer a la idea de la que se lió en el aeropuerto (¡geólogo tenía
que ser!). Su frase: “pensamos en los fenómenos naturales
(huracanes, volcanes, terremotos...) como desastres cuando en
realidad son bendiciones. El problema es que no asumimos que no
podemos manejar la Tierra”. Imaginaros mi cara cuando un
señor de casi 80 años me suelta semejante perlita... creo que no
tengo nada que añadir.
Las últimas frases con peso que he
escuchado hasta ahora las escuché en la Universidad de San Carlos
(Ciudad de Guatemala), donde escuché una charla sobre riesgos
geológicos especialmente enfocado en el Volcán Fuego. Cuando se
abrió la rueda de preguntas en general la gente achacaba el desastre
al desgobierno que sufre el país, pero hubo una persona que además
de apoyar las ideas de los demás oyentes, destacó el hecho del
desconocimiento que tiene la población a nivel geológico y dijo “es
nuestro trabajo promover a los demás la inquietud por conocer el
lugar en el que viven”. Esta es la frase que más me gusta quizás
por el hecho de que esa inquietud por conocer lo que me rodea es lo
que me llevó a estudiar geología.
Para terminar, dejo aquí unas palabras
pintadas en la pared de la entrada a la biblioteca de la universidad:
Quisieron matar tus ideas,
pero estas quedaron prendidas
en cada mente iluminada
que escuchó tu palabra.
Quisieron matar tu intelecto
pero quedaron tus escritos,
y tu libro
de historia sindical
bajo el brazo cariñoso de la familia
obrera.
Pretendieron con tu muerte
acabar con la cantera
de paladines
de las causas proletarias,
pero,
al terrible tronido
de las balas asesinas
despertaron
millones de conciencias
que estaban dormidas.
Ellas se alzarán
como marea humana
al coro de miles de voces
y miles de puños
calientes por luchar
en las calles milenarias
hasta la victoria final.
PD: Aquí es donde vivo
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